- Añadir fibra a la dieta ayuda a controlar el estreñimiento que suele acompañar a esta enfermedad. Se puede consumir higos, ciruelas, papaya y piña porque tienen un efecto laxante natural y aceleran el paso de la comida por el organismo.
- Seleccionar comidas suaves En las últimas etapas de la enfermedad, se dificulta masticar los alimentos. Por ello, se recomienda consumir comidas blandas, como pasta, yogur y manzana cocida.
- Comer poco, pero a menudo Si no se tiene apetito, se aconseja comer menos, pero con mayor frecuencia (cada 2 ó 3 horas). Esto hace que la hora de la comida sea menos desalentadora.
- Realizar ejercicios de estiramiento y caminar como parte de su rutina diaria. Es importante observar que el ejercicio no detiene la evolución de la enfermedad, pero mejora la fuerza corporal (así la persona está menos incapacitada), el equilibrio (con lo que se camina mejor) y ayuda a mejorar la síntesis de dopamina en el cerebro.
- Seleccionar ropa que pueda ponerse y quitarse con facilidad. Es más fácil usar cierres y velero que botones y lazos. Escoger suéteres abiertos y no cerrados, y use ropa holgada.
- Instalar pasamanos en la casa, en especial en la regadera y junto al escusado.
- Quitar tapetes y cables sueltos para evitar tropezarse. La alfombra es mejor en caso de una caída.
- Acudir al doctor si sospecha que algún medicamento que consume está causando los síntomas de esta enfermedad, ya que ciertos fármacos antipsicóticos, antiespasmódicos y medicamentos para el vértigo, pueden causar parkinsonismo para su suspensión o sustitución